domingo, 7 de julio de 2013

Un nuevo sol se levanta...

El Papa Francisco, en una reunión con seminaristas, pidió que "la iglesia no siga la riqueza y los religiosos sean coherentes con su voto de pobreza."
"En este mundo en que las riquezas hacen tanto daño", dijo el pontífice, "los curas y las monjas tenemos que ser coherentes con la pobreza. Cuando vemos que el primer interés de una institución parroquial o educativa es el dinero, esto es una gran incoherencia", afirmó.
"Como decía San Francisco, tienen que evangelizar primero con el ejemplo y luego con las palabras", reiteró la necesidad de la pobreza en la Iglesia y aseguró que le "duele cuando ve a una monja o un cura con el último modelo de auto".
"Yo sé que el coche es necesario porque hay que hacer mucho trabajo e ir de aquí a allá, pero es mejor un coche humilde, si viene la tentación de un buen coche, piensen en los niños que se mueren de hambre", agregó.(Vatican.va)
Bravo Papa Francisco!!! Realmente estás removiendo las piedras como San Francisco. Por mi parte debo decir que en muchas parroquias y capillas de nuestro Uruguay podemos ver a sacerdotes en autos último modelo. Es lamentable, "haz lo que yo digo más no lo que yo hago"...
Muchos de ellos son mis amigos, gente con la que he compartido mucho, me han enseñado a caminar hacia Jesús, pero en algún momento han perdido la perspectiva.
Para alguien que es periodista, a veces se hace difícil no denunciar este tipo de cosas. Vemos estas realidades y usamos las redes sociales para tratar de hacer algo, hablamos con las autoridades eclesiales de turno, y nos damos cuenta que nadie reacciona.
Hoy el Papa les está pidiendo que reaccionen, que sean coherentes con la pobreza.
Por eso el título de este artículo: un nuevo sol se levanta...sobre la nueva civilización que nace hoy...una canción de la vieja Pastoral Juvenil que no ha perdido vigencia.
Cuando escucho las homilías del sacerdote me doy cuenta que todo lo que dice tiene que aplicarlo primero en su vida, no debe decirme a mí lo que tengo que hacer, tiene que cambiar él su forma de vida. Luego sí, quizás podamos sentarnos a conversar sobre cómo va mi vida, en dónde me perdí o dónde quedaron mis errores...
Ojalá lo que escribimos quienes nos preocupamos por estas realidades llegue al corazón de esos sacerdotes que están obnubilados por un auto, o la recaudación semanal de la misa. 
Creo que el cambio comienza siempre por uno, así que yo empiezo escribiendo esto.
Irene Pereira.