lunes, 5 de agosto de 2013

Cuando los católicos perdemos la voz

En muchas ocasiones los católicos nos sentimos olvidados por la jerarquía eclesial. Somos laicos, pertenecemos al pueblo de Dios pero no se nos permiten ciertas cosas.
Entonces es más fácil apartarse, dejar que "los demás hagan"...
Jesús nos quiere protagonistas, activos, discípulos.
Y perder la voz hoy en día en la iglesia, ha significado la pérdida de fieles. Cuando escuchamos que dicen "ya no va nadie al templo". Se nos han quitado actividades, nos han desplazado.
Por eso, los laicos debemos recuperar, letra por letra, nuestro espacio en el proyecto de Dios.
Nuestro Papa nos lo está pidiendo, sobre todo a las mujeres.
Volvamos a las misas, a leer, limpiar, participar, levantar la mano, ayudar, colaborar o a donde se necesite nuestra presencia. Y si no es necesario que actuemos, simplemente acompañemos.
Somos piedras fundamentales, hagamos valer nuestra voz.