Cuando una
parroquia se queda temporalmente sin párroco, son varias las acciones que
podemos tomar. Entre ellos está la misa delivery, como le digo yo. Es algo así
como: Sacerdote a la carta. Uno por fin de semana.
La congregación
palotina en este caso, se ha estado turnando para atender la zona de Florida,
donde está nuestra capilla y varias más, para poder celebrar la eucaristía por
lo menos una vez a la semana.
Esto no es
fácil, ya que los sacerdotes se trasladan distancias de hasta 150 kilómetros
para estar presentes los sábados. Es un sacrificio que no sabemos valorar
quienes vivimos a pocas cuadras de la parroquia o capilla.
Quizás está
lloviendo y no nos da ganas de salir para misa. Sin embargo, estos sacerdotes
manejan kilómetros para hacer presentes a Jesús.
Yo creo que
es hora de que los laicos tomemos más protagonismo. Pero esto sólo es posible
si la jerarquía eclesiástica nos dejara.
Sería mucho
más práctico y fácil que los laicos asumamos responsabilidades como celebrar la
palabra. Sé que hay gente que hizo cursos y son ministros de la eucaristía y de
la palabra.
Tendremos que
reactualizarnos, hacer llegar esos cursos a la gente común, capacitar cabezas,
estimular laicos.
No es tarea
fácil ya que uno también es humano y puede tomar esto como instrumento de
poder, pero para eso está la comunidad, para no dejarnos salir del camino.