En el día de hoy, mientras celebrabamos la eucaristía, en el día de la catequesis, se nos fue Iris.
Iris era de las personas que siempre están. Si había que limpiar el templo, ella iba aunque no pudiera hacer mucha fuerza. Si había un curso, un taller, un encuentro, ella decía presente.
Era la encargada de las plantas de nuestra capilla...siempre se daba una vueltita para que ninguna se secara.
También en las misas era la persona que humildemente pasaba la canasta...
No es tarea fácil, hay que tener sencillez y saber prestar ese servicio.
Muchos la recordarán porque daba cursos de crochet en el Costurero San Juan Bautista de nuestra capilla.
Hace más de un año que no podía asistir a misa, por problemas de salud. Pero ella, a las tres de la tarde siempre rezaba un rosario; cuando había una intención especial, era la primera en empezar las oraciones.
Peleó por su vida hasta que su cuerpo le respondió.
Hoy estamos un poco tristes, pero también alegres, porque sabemos que ya está con el Señor, a su lado, en sus brazos.
Desde acá nos resta agradecerle silenciosamente los momentos que pudimos compartir con ella.
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