miércoles, 20 de abril de 2011

Semana Santa...para reflexionar

Diario Bíblico: 20 de abril de 2011

Categoria : Diario Bíblico
Primera lectura: Is 50, 4-9
En aquellos días dijo Isaías: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado
Salmo responsorial: 68
Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor
Evangelio: Mt 26, 14-25
¡Ay de quien va a entregar al Hijo del Hombre!
14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes 15y les propuso:
–¿Qué me dan si lo entrego a ustedes?
Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. 16Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.
17El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
–¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
18Él les contestó:
–Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
19Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
20Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21Mientras comían, les dijo:
–Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
22Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
–¿Soy yo, Señor?
23Él contestó:
–El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. 24El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
25Le dijo Judas, el traidor:
–¿Soy yo, maestro?
Le respondió Jesús:
–Tú lo has dicho.

Comentario
La Palabra de Dios nos invita hoy a profundizar más aún en la traición de Judas. Los Doce están a la mesa, simbolismo de un nuevo proyecto de humanidad a partir de la comunión del pan y del vino. Cuando Jesús anuncia que uno va a traicionarlo, todos le dicen: “¿Seré yo, Señor?”, reconociendo a Jesús como Señor de sus vidas. Judas en cambio le pregunta: “¿Seré yo, Maestro?”. Judas sigue en la misma mentalidad de los que no han entendido el proyecto mesiánico de Jesús, que no es el del poder, sino el del Servidor Sufriente que lo hace Señor, Hijo de Dios. En todo grupo humano siempre hay alguien que tiene precio; alguien que se vende y traiciona. Hasta entre los elegidos por Jesús pasó esto. ¡Ay, Judas, “más te valdría no haber nacido”! Más te valdría no haber empezado el camino de Jesús si lo ibas a terminar de manera tan dolorosa y vergonzosamente triste. ¿Cuánto de Judas llevamos nosotros mismos prendido en nuestras vidas? ¡Cuánta traición al Señor en nuestra falta de amor radical y de servicio generoso!

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