domingo, 24 de abril de 2011

Simplemente Gracias...

Este domingo de Resurrección en la Capilla San Juan Bautista ha sido especial. Nuestro párroco Alejandro Fontana, ha oficiado su última misa en nuestro templo. Casi al finalizar la celebración nos ha anunciado la decisión de que se ha designado otro párroco para la zona.
En este sentido tenemos que decir que el padre Fontana, Superior de los Palotinos en Uruguay, tiene una agenda cargadísima de responsabilidades.
Además de atender el Colegio Pallotti, tiene varias capillas y parroquias a su cargo y todos sabemos que domingo a domingo Fontana viaja los 143 kilómetros que nos separan de Montevideo, para hacerse presente en nuestra capilla. Sin contar las celebraciones en los otros centros que forman esta comunidad.
Esta zona de Florida es realmente extensa y necesita un pastor presente.
La parroquia María Auxiliadora de Casupá comprende la capilla Sagrado Corazón de la Cuarta de Minas, San Francisco de Asís de Reboledo, San Juan Bautista de Cerro Colorado, San Pedro en la estancia San Pedro del Timote y Puntas de Chamamé.
Por este motivo, se ha designado como párroco de la zona al Padre Severino Fleig, quien ya ha estado por estos lugares.
Al padre Alejandro Fontana, muy a la carrera como siempre, le decimos Gracias.
Gracias por no dejar nuestras comunidades sin pastor, gracias por aguantar cada una de nuestras imperfecciones, nuestras ausencias y a veces nuestras incomprensiones.
Sabemos que Dios siempre actúa de manera misteriosa..

Pascua de Resurrección

Lectura del santo evangelio según san Juan (20,1-9):

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor


El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido toda nuestra religión.
Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical recordamos de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.
La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, cuyas pruebas entre otras, son el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus apóstoles.
Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota del pecado y de la muerte.

En la resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar?
Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, pues podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

San Pablo nos dice: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14)
Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.
Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que venció a la muerte y al pecado; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, toda nuestra vida adquiere sentido.
La Resurrección es fuente de profunda alegría. A partir de ella, los cristianos no podemos vivir más con caras tristes. Debemos tener cara de resucitados, demostrar al mundo nuestra alegría porque Jesús ha vencido a la muerte.
La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico.

Debemos estar verdaderamente alegres por la Resurrección de Jesucristo, nuestro Señor. En este tiempo de Pascua que comienza, debemos aprovechar todas las gracias que Dios nos da para crecer en nuestra fe y ser mejores cristianos. Vivamos con profundidad este tiempo.
Con el Domingo de Resurrección comienza un Tiempo pascual, en el que recordamos el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos, durante la fiesta de la Ascensión.

sábado, 23 de abril de 2011

Sábado Santo...día de silencio y meditación..

"Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."
El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.
Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13).
Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:
"...se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero".
Vigilia Pascual
La celebración es el sábado por la noche, es una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición (Ex. 12, 42), de manera que los fieles, siguiendo la exhortación del Evangelio (Lc. 12, 35 ss), tengan encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, los encuentre en vela y los haga sentar a su mesa.
La Vigilia Pascual se desarrolla en este orden:
Breve Lucernario

Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.
Liturgia de la Palabra
En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, media las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.
Liturgia Bautismal
Se llama a los catecúmenos, quienes son presentados ante el pueblo por sus padrinos: si son niños serán llevados por sus padres y padrinos. Se hace la renovación de los compromisos bautismales.
Liturgia de la Eucaristía
Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo. En él participan por primera vez los neófitos.

Toda la celebración de la Vigilia pascual se realiza durante la noche, de tal manera que no se vaya a comenzar antes de iniciarse la noche, o se termine la aurora del Domingo.

La Misa, aunque se celebre antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Los que participan en esta misa, pueden volver a comulgar en la segunda Misa de Pascua.

El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa. Prepárense cirios para todos los que participan en la Vigilia

viernes, 22 de abril de 2011

Reflexión ante la cruz

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,


cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada.
Estar aquí junto a tu imagen muerta
e ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta.

Gabriela Mistral

www.iglesia.org


miércoles, 20 de abril de 2011

Jueves Santo...el lavado de pies

Jesús se alza, se ciñe una toalla (como solían hacer los esclavos), y comienza a lavar los pies de los comensales. Una cosa inaudita. Cuando llega a Pedro, éste se resiste, pero el maestro insiste y lava también sus pies.
Fuente: Catholic.net
Autor: José Cisneros

Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Durante la cena, cuando ya el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que había salido de Dios y a Dios volvía, se levanta de la mesa, se quita sus vestidos y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego echa agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido. Llega a Simón Pedro; éste le dice: «Señor, ¿tú lavarme a mí los pies?»

Jesús le respondió: «Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora: lo comprenderás más tarde.» Le dice Pedro: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo.» Le dice Simón Pedro: «Señor, no sólo los pies, sino hasta las manos y la cabeza.» Jesús le dice: «El que se ha bañado, no necesita lavarse; está del todo limpio. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.» Sabía quién le iba a entregar, y por eso dijo: «No estáis limpios todos.» Después que les lavó los pies, tomó sus vestidos, volvió a la mesa, y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis 'el Maestro' y 'el Señor', y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros.

Reflexión
 Contemplemos el cenáculo: una sala en el piso superior con una mesa central y dos laterales. La sala está poco iluminada. Gracias a una lámpara de aceite se ve que Jesús ocupa el puesto central de la mesa con los discípulos alrededor.

Jesús se alza, se ciñe una toalla (como solían hacer los esclavos), y comienza a lavar los pies de los comensales. Una cosa inaudita. Cuando llega a Pedro, éste se resiste, pero el maestro insiste y lava también sus pies. Durante el resto de la cena Jesús habla de una manera más íntima. Revela a los suyos su relación con el Padre. Les da su mandamiento nuevo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado".

Más tarde, al momento de la bendición, pronuncia estas palabras intensas, pero misteriosas: "Esto es mi cuerpo ... Esto es el cáliz de mi sangre ...". Estupor y temor colman el alma de los presentes. Hagamos el esfuerzo de entrar también nosotros en esta escena. Contemplemos los rostros de los apóstoles. Después recordemos que así nos ha sido dado el don de la Eucaristía.
______________________________

Material Pastoral para Jueves Santo
 
Un valioso material para el Jueves Santo en el que encontrará, las celebraciones litúrgicas y material pastoral muy útil para vivir los dias santos en su comunidad parroquial, cristiana o en familia.

La liturgia del Jueves Santo es una invitación a profundizar concretamente en el amor hasta el extremo de Cristo por nosotros.

Extraído de Mi portal católico
Foto: película La Pasión

Semana Santa...para reflexionar

Diario Bíblico: 20 de abril de 2011

Categoria : Diario Bíblico
Primera lectura: Is 50, 4-9
En aquellos días dijo Isaías: Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado
Salmo responsorial: 68
Señor, que tu bondad me escuche en el día de tu favor
Evangelio: Mt 26, 14-25
¡Ay de quien va a entregar al Hijo del Hombre!
14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes 15y les propuso:
–¿Qué me dan si lo entrego a ustedes?
Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. 16Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.
17El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
–¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
18Él les contestó:
–Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
19Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
20Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21Mientras comían, les dijo:
–Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
22Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
–¿Soy yo, Señor?
23Él contestó:
–El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. 24El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
25Le dijo Judas, el traidor:
–¿Soy yo, maestro?
Le respondió Jesús:
–Tú lo has dicho.

Comentario
La Palabra de Dios nos invita hoy a profundizar más aún en la traición de Judas. Los Doce están a la mesa, simbolismo de un nuevo proyecto de humanidad a partir de la comunión del pan y del vino. Cuando Jesús anuncia que uno va a traicionarlo, todos le dicen: “¿Seré yo, Señor?”, reconociendo a Jesús como Señor de sus vidas. Judas en cambio le pregunta: “¿Seré yo, Maestro?”. Judas sigue en la misma mentalidad de los que no han entendido el proyecto mesiánico de Jesús, que no es el del poder, sino el del Servidor Sufriente que lo hace Señor, Hijo de Dios. En todo grupo humano siempre hay alguien que tiene precio; alguien que se vende y traiciona. Hasta entre los elegidos por Jesús pasó esto. ¡Ay, Judas, “más te valdría no haber nacido”! Más te valdría no haber empezado el camino de Jesús si lo ibas a terminar de manera tan dolorosa y vergonzosamente triste. ¿Cuánto de Judas llevamos nosotros mismos prendido en nuestras vidas? ¡Cuánta traición al Señor en nuestra falta de amor radical y de servicio generoso!

martes, 19 de abril de 2011

Semana Santa...para reflexionar

Diario Bíblico: 18 de abril de 2011

Categoria : Diario Bíblico
Primera lectura: Is 42, 1-7
Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero
Salmo responsorial 26
El señor me ha coronado, sobre la columna me ha exaltado
Evangelio: Jn 12,1-11
¡Déjala! Ella tenía guardado este perfume para el día de mi sepultura
1Seis días antes de la Pascua Jesús fue a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. 2Le ofrecieron un banquete. Marta servía y Lázaro era uno de los comensales. 3María tomó una libra de perfume de nardo puro, muy costoso, ungió con él los pies a Jesús y se los enjugó con los cabellos. La casa se llenó del olor del perfume. 4Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo iba a entregar, dijo:
5–¿Por qué no han vendido ese perfume en trescientas monedas para repartirlas a los pobres?
6Lo decía no porque le importaran los pobres, sino porque era ladrón; y, como llevaba la bolsa, robaba de lo que ponían en ella. 7Jesús contestó:
–Déjala que lo guarde para el día de mi sepultura. 8A los pobres los tendrán siempre entre ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
9Un gran gentío de judíos supo que estaba allí y acudieron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. 10Los sumos sacerdotes habían decidido dar muerte también a Lázaro, 11porque por su causa muchos judíos iban y creían en Jesús.

Comentario
Betania quiere decir “casa del oprimido”. Se trata de la comunidad de Jesús reunida después de la resurrección de Lázaro. La comunidad celebra en el servicio (Marta), mostrando el amor a Jesús (María) y compartiendo la mesa (Lázaro), la vida que Jesús le ha comunicado. Los miembros de la comunidad demuestran su identificación con él, que les lleva a entregarse también ellos, para dar vida a los demás. Judas no comprende ni el servicio, ni el amor, ni el compartir. Hay dos proyectos opuestos: uno, el de Judas que, con su afán de acaparar, crea pobreza y, bajo pretexto de beneficencia, utiliza a los pobres en provecho propio. Otro, el de Jesús, para quien la solución a la pobreza está en el don total de sí a los demás. No es la fría beneficencia la que libera, sino la calurosa relación personal, que da a los oprimidos dignidad e igualdad integrándolos a la comunidad fraterna. Hoy comenzamos la Semana Santa. Oportunidad única para preguntarnos sinceramente: ¿Cómo vivo yo personalmente y cómo se viven en nuestra comunidad el servicio, el amor y el compartir?

Semana Santa...para reflexionar

Diario Bíblico: domingo 17 de abril de 2011 (Domingo de Ramos)

Categoria : Diario Bíblico
Primera lectura: Is 50, 4-7
No oculté el rostro a insultos; y sé que no quedaré avergonzado
Salmo responsorial: 21
Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?
Segunda lectura: Flp 2,6-11
Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre todo
Evangelio: Mt 26,14 – 27,66
Relato de la Pasión y Muerte de Jesús
14Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, se dirigió a los sumos sacerdotes 15y les propuso:
–¿Qué me dan si lo entrego a ustedes?
Ellos se pusieron de acuerdo en treinta monedas de plata. 16Desde aquel momento buscaba una ocasión para entregarlo.
17El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
–¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?
18Él les contestó:
–Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: El maestro dice: mi hora está próxima; en tu casa celebraré la Pascua con mis discípulos.
19Los discípulos prepararon la cena de Pascua siguiendo las instrucciones de Jesús.
20Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. 21Mientras comían, les dijo:
–Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.
22Muy tristes, empezaron a preguntarle uno por uno:
–¿Soy yo, Señor?
23Él contestó:
–El que se ha servido de la misma fuente que yo, ése me entregará. 24El Hijo del Hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay de aquél por quien el Hijo del Hombre será entregado! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
25Le dijo Judas, el traidor:
–¿Soy yo, maestro?
Le respondió Jesús:
–Tú lo has dicho.
26Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo:
–Tomen y coman, esto es mi cuerpo.
27Tomando la copa, pronunció la acción de gracias y se la dio diciendo:
–Beban todos de ella,

Comentario
“Mi Señor me ha dado una lengua de discípulo, para saber decir al abatido una palabra de aliento” El profeta quiere infundir ánimo y esperanza a su comunidad que aún está en el destierro, en Babilonia. Todavía no pueden creer en la liberación cercana. Las primeras comunidades cristianas, releyendo en el Antiguo Testamento estos cánticos del Servidor Sufriente de Yahvé, encontraron un profundo sentido para entender la fuerza liberadora del martirio de Jesús. La muerte y el dolor no son la última palabra de la historia. Hay un Dios de vida que vela sobre nosotros y nuestros acontecimientos.
Jesús se vació de toda codicia de poder, honor o riquezas. Despojó su corazón de cualquier ídolo para poder entregarse plenamente al servicio del proyecto liberador del Padre-Dios. Durante toda su vida mortal, pasó todos los días bregando para ser radicalmente fiel a Dios. La gran responsabilidad de Jesús nacida del amor al Padre y a los hermanos, especialmente a los más pobres y desamparados, le llevó a la fidelidad radical y a la obediencia absoluta a la voluntad de Dios. Lo que Dios busca es una obediencia incondicional para cumplir su plan de vida. La encontró en María, la esclava del Señor, y la encontró también en Jesús, el hijo amado. Éste fue el eje que movió toda la vida de Jesús, que lo llevó a su pasión, muerte y resurrección.
Al leer el evangelio de la Pasión de Jesús estamos meditando en el evangelio de la libertad y el amor vividos hasta el extremo. ¿Qué pretendía Judas al traicionar a Jesús? Sus razones para cometer esa traición pudieron ser su amor al dinero, la ambición, la envidia o la desilusión. En la medida en que alguien deja de estar de acuerdo con el proyecto en el que se creía comprometido, muchas veces llega a traicionarlo. Los relatos sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús, sus palabras y acciones, tienen que servirnos a cada uno de nosotros, en estos días de Semana Santa, para alimentar nuestra fe y para dar forma y sentido a nuestra vida cristiana.  Cuanto más estemos dominados por la acción de Dios, tanto más obraremos como Dios mismo obra, y Dios no retiene para sí nada. Nos lo da todo en Jesús, que se da a sí mismo por amor. Él nos otorga participar de su propia vida, que es plenitud de vida. Es preciso volvernos a Jesús para que Dios nos invada y lo llene todo. La construcción del auténtico ser humano está en la adhesión incondicional a lo que Dios hace en el hombre: no se trata de hacer por nosotros mismos, sino de abrirnos a lo que Dios quiere hacer en nosotros; por eso decimos que la fe es una disposición para que Dios trabaje en nosotros y en el mundo.
En los personajes de la Pasión encontramos personas que golpearon, que juzgaron, que condenaron, que se aprovecharon del débil, que huyeron, que se lamentaron, que sufrieron con él, que lo traicionaron, que lo escarnecieron; y también personas a las que Jesús perdonó. La actitud de Jesús nos llama a revisar nuestras prácticas, ideas y actitudes. ¡Que hoy sea para nosotros verdaderamente Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, donde lo importante es Jesús que entrega su vida y no simplemente los ramos de un domingo que no nos comprometen con el proyecto liberador del mismo Señor!

miércoles, 6 de abril de 2011

Todos aportando un granito de arena...

La capilla tiene sus años. La conexión de agua de OSE fue realizada en el año 1976. En estos últimos meses se han encontrado problemas en las cañerías. Facturas por altos costos, cambios de canillas, pérdidas de agua, exámenes sanitarios que se pidieron a la entidad...
Finalmente OSE decide enviar a registrar el medidor, sin encontrar el problema.
La comunidad activa, que domingo a domingo concurre a la eucaristía, decidió poner manos a la obra para solucionar este problema.
Gracias a Mario Rodríguez que aportó su tiempo y conocimiento, y a la familia Sanguinetti Gallinal que colaboraron con los caños a cambiar, la capilla y el salón parroquial ya no tendrán pérdidas de agua.